ESTRES OXIDATIVO - POR QUÉ NOS AFECTA

 

“El estrés oxidativo es una alteración del equilibrio redox fisiológico que no se equilibra con las respuestas adaptativas adecuadas del cuerpo”.



En todo momento nuestras células están en contacto con sustancias de naturaleza oxidante denominadas ROS (Reactive Oxygen Species), CONOCIDAS COMO RADICALES LIBRES. 

En la mayoría de los casos, la presencia de estas sustancias es fisiológica y necesaria para el correcto funcionamiento celular. Un aumento descontrolado de ROS o RL conduce a una condición de estrés oxidativo. En condiciones de estrés oxidativo, las especies oxidantes reactivas provocan daños celulares en los lípidos de la membrana, las estructuras proteicas y las moléculas de ADN y ARN, con efectos acumulativos.

Nuestro organismo es capaz de defenderse del ataque de los RADICALES LIBRES mediante un sistema antioxidante propio compuesto por sistemas enzimáticos, secuestradores de metales de transición (estos últimos suelen estar implicados en los procesos de generación de especies reactivas) y captadores de radicales, moléculas en su mayoría de origen endógeno con la capacidad de reaccionar directamente con especies reactivas al "apagar" su fuerte reactividad.

El concepto clave es el de equilibrio o BALANCE REDOX. En una situación normal habrá una producción fisiológica de ROS y una producción fisiológica de antioxidantes.

Cuando se altera este equilibrio, el organismo responde por medio de sistemas adaptativos apropiados, y después de un corto período la situación vuelve al equilibrio.

Si, por el contrario, el estímulo es excesivo o se prolonga en el tiempo, o los sistemas adaptativo/antioxidante están comprometidos, no se vuelve a un estado de equilibrio, sino a una situación de desequilibrio en la que predomina el componente oxidante sobre la defensa antioxidante y se denomina ESTRÉS OXIDATIVO. En esta situación se inicia la oxidación de las macromoléculas, lo que lleva a su desnaturalización y consecuencias fisiológicas cada vez más graves según la magnitud del daño oxidativo.

Se reconoce que el estrés oxidativo prolongado en el tiempo puede predisponer o exacerbar una amplia gama de enfermedades comunes como hipertensión, diabetes, aterosclerosis, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, Alzheimer, obesidad, deterioro cognitivo, artrosis, envejecimiento celular, activación de oncogenes, y muchas otras condiciones patológicas más; por lo que la monitorización del Estado Redox puede ser un valioso aliado en la medicina personalizada.







Comentarios