Las mitocondrias son estructuras intracelulares encargadas de la biosíntesis, el metabolismo y las funciones de supervivencia celular. Cada vez existe más evidencia que destaca la participación de las
mitocondrias en la modulación del estrés oxidativo, así como las respuestas del
Sistema inmune.
Mientras producen energía, las mitocondrias son las principales
formadoras de especies reactivas de oxígeno (ROS), también conocidos como
radicales libres y por lo tanto, deben tener mecanismos que bloqueen estas sustancias
nocivas.
El funcionamiento inadecuado de
las mitocondrias (conocido como disfunción mitocondrial) marca el inicio del
daño celular, daño a los tejidos y de órganos, en enfermedades conocidas como degenerativas,
incluidas enfermedades cardiovasculares, enfermedades autoinmunes, síndromes
metabólicos y tumores, y por supuesto, también se asocia a respuestas inmunes anormales,
que se reconoce como un factor común a la respuesta inflamatoria de estas
enfermedades.
Cuando las mitocondrias se deterioran, todo el funcionamiento celular y del organismo se deteriora. Preservar las mitocondrias puede ser la base para prevenir enfermedades inflamatorias y degenerativas, y mejorar nuestra respuesta a infecciones.
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